El sueño de la razón produce monstruos
Acostumbrados como estamos viendo ayuntamientos aprobando planes urbanísticos expansivos de cualquier tipo y condición sorprende a muchos, les descoloca y se ruborizan, al contemplar estupefactos el proceso contrario, de descalificación urbanística, que ha llevando a cabo el flamante gobierno municipal de la Bisbal del Penedès: 1.300 viviendas, 70 hectáreas industriales con un sólido cliente de unos grandes almacenes detrás y además, renuncia al agua de mini trasvase del Ebro. Muchos creen que su alcalde se ha vuelto loco. Pero, quien contempla con ojos conscientes y críticos el expolio que ha venido sucediéndose durante toda la segunda mitad del siglo pasado sobre el territorio Penedès, convirtiéndolo en verdadero cajón de sastre para cualquier necesidad perentoria de la metrópoli, de las necesidades dinerarias de promotores desalmados que cubren la tierra con asfalto inconsciente, de las facilidades ofrecidas por políticos sin escrúpulos a tal fatua empresa, cree que la locura i